niña con lupa

Desmontando las críticas negativas de la electroterapia

Hola gadget-o-nauta.

Si alguna vez te has parado a leer las reseñas de algún producto en una web habrás podido encontrar opiniones de todo tipo. Además, hay gente que se expresa muy bien y otra muy mal. En el caso de la electroterapia yo he visto que lo que más abunda son las personas que se expresan mal y que hacen críticas sin ningún fundamento.

En este post te resumo las que más me han llamado la atención y te las explico para que no las tengas en cuenta en tu próxima búsqueda. Algunas requieren ciencia y otras un poco de humor, que nadie se ofenda con el toque irónico.

Activemos la gadget-o-lupa.

 

1. «Si colocaste mal el electrodo tienes que parar el programa, recolocarlo y volver a activar el programa».

CLARO, porque si no lo haces te da un calambrazo. Es un mecanismo de seguridad, como que cuando se despega un electrodo o está mal conectado cese automáticamente el paso de corriente. Preguntadle a cualquier fisioterapeuta qué pasa cuando piensas que las corrientes de tu paciente ya han acabado, vas convencida a quitarlas, levantas un electrodo y ves que todavía estaban funcionando. Bueno, más que “verlo”, lo notas, porque el chispazo que te da es considerable. Y sí, nos ha pasado a cualquier fisioterapeuta que haya trabajado con corrientes alguna vez (y el que lo niegue, miente, claramente jaja).

2. «Es difícil colocarse los electrodos uno mismo en la espalda».

¿Por qué dejar una reseña como esta? Explicadme qué culpa tienen de esto los fabricantes/webs.

3. «Al rato dejo de notar tan intenso».

No es culpa del aparato sino del tipo de onda que usa el programa. Si la corriente es siempre igual los receptores sensoriales se acostumbran y vas notando menos intensidad. Es como cuando te pones unas gafas, por ejemplo, que al principio notas como que pesan una tonelada pero con el tiempo te acostumbras y te olvidas de que las llevas puestas. En cambio, en las corrientes que son pulsátiles no se produce este fenómeno, llamado «acomodación«.

4. «Los electrodos me duran poco».

Depende de la calidad de base, pero también de lo cuidadoso que se sea. La piel tiene que estar sin pelo y bien limpia y seca, y cuando los despegas tienes que almacenarlos correctamente. Y aun así, tienen una vida útil limitada. Por seguridad, cuando estén agrietados o con la superficie irregular es mejor cambiarlos para que la corriente no pique o moleste o nos irrite la piel. Hay recambios universales muy bien de precio, y compensa. La durabilidad depende de cuántas veces los pegues/despegues y de cómo los trates, no de la corriente, durarían lo mismo incluso si no los conectas al aparato.

5. «Yo con estos dispositivos noto poco porque estoy acostumbrado/a a la máquina profesional de mi fisioterapeuta».

La intensidad que toleras no depende de tu estado de forma ni de las veces que hayas ido al fisioterapeuta, te hayas tratado mediante electroterapia o del aparato que hayas usado, sino de la sensibilidad de tus receptores. Esta sensibilidad depende de factores como del estado de la patología, del nivel de estrés, del estado inmunológico, del descanso o, incluso, de la hidratación. Realmente cuando vas a fisioterapia es porque tienes un pico de dolor, tu nivel de estrés es alto, tu sistema inmune está luchando contra un proceso inflamatorio, llevas unos días durmiendo mal… ¿Veis por dónde voy? Tus receptores estarán muy sensibles, incluso puedes estar más irritable a nivel humor. Por tanto, no te acostumbras al aparato ni a la física, sino que tu sensibilidad varía, como tus circunstancias.

6. «No hace milagros».

Vaya, esto sí que no me lo esperaba. Para los milagros está la religión, esto es ciencia, y si tienes una pierna rota puede que un TENS te ayude a manejar tu dolor, pero mientras no te cures la pierna seguirás teniendo el problema. Es como si te tomas un antiinflamatorio con la pierna rota y dices que no hace milagros, no, claro, sigues teniendo la pierna rota, esa no es la finalidad del medicamento, ¿no?.

7. «Me esperaba más».

Respuesta rápida, fácil y sencilla: haber pagado más.

En este otro post te explico por qué los diferentes dispositivos tienen diferentes precios.

8. «Con el TENS solo noto hormigueo».

SOLO. Perfecto. Es así, solo un cosquilleo agradable y soportable. Si te gustaría que te hiciese daño necesitas un aparato de otra categoría.

9. «Los cables son del mismo color para todos los canales».

Oh, vaya. Problemas del primer mundo.

10. «Me he comprado un TENS y no sirve para estimulación muscular».

No, claro que no, para eso necesitas un dispositivo EMS. Apuesto a que en la descripción venía bien claro que su uso es para analgesia/dolor.

Si tienes dudas sobre las diferencias entre TENS y EMS, pincha aquí.

11. «Conozco bien este tipo de dispositivos porque me los han puesto muchas veces en rehabilitación».

Si te los han puesto muchas veces en rehabilitación, lo que tienes es experiencia como paciente y que venga otra persona y te aplique la técnica. Es como decir que sabes mucho de coches simplemente porque sabes conducir y conduces mucho, ¿qué tiene que ver?

12. «No te evita ir al fisio».

¿Por qué solemos hacer comentarios desde un punto de vista tan negativo y tajante? ¿Podríamos expresar esto de otra forma? «Evita que tengas que ir tan frecuentemente al fisio», «Te ayuda a soportar mejor el tiempo entre sesiones de fisioterapia», etc.

Poder tomarte un ibuprofeno en casa si te duele la garganta tampoco te evitará ir al médico si tienes amigdalitis, y no veo quejas de este tipo en webs de laboratorios farmacéuticos.

En fin. No, de momento no han inventado sustitutos robóticos de fisioterapeutas de uso doméstico para que no tengas que tener contacto con fisioterapeutas de carne y hueso.

13. «Me lo compré para para X patología y no me sirve».

Antes de gastar vuestro dinero a lo loco y luego dejar un comentario de este tipo, igual lo más recomendable es consultar previamente con un/a profesional y que os explique si puede resultar útil en vuestro caso o no.

También se me ocurre que la persona diga que no le sirve porque no está haciendo el mejor uso del aparato. Por ejemplo, para la regla es mejor colocarlo a nivel central que periférico, pero para una epicondilitis es mejor local. Además, normalmente se usa como terapia complementaria y no exclusiva (sí, soy consciente de que en algunos servicios de rehabilitación es lo único que usan, pero que lo hagan no implica que esté bien hecho).

Para cualquier duda, «consulte con su fisioterapeuta» (si no tienes fisioterapeuta de referencia, yo estaré encantada de resolverlas 😉 ).

14. «Yo pagué más y ahora está de oferta. Es injusto».

Insisto, problemas del primer mundo. ¿Alguien se imagina diciendo esto en una web de moda, por ejemplo?  Todo el mundo sabe que, si no tienes prisa, todas las webs ponen ofertas en algún momento, sobre todo en ciertas fechas (como las rebajas en el comercio físico por las que nadie protesta).

15. «Los cables son un engorro».

Bueno, puede tener algo de razón pero hay opciones sin cables, ¿estás dispuesto/a a pagar lo que valen?

Si te interesa, aquí puedes echarle un vistazo a una tabla comparativa sobre cables/sin cables y sus rangos de precio.

16. «No te enseña a construir los programas personalizados».

No, que traiga la opción de crear tu propio programa no implica que te vaya a enseñar a hacerlo, para eso hay que estudiar una carrera.

 

Por desgracia, la mayoría de críticas/opiniones que nos encontramos en las webs son de este tipo, y ya veis que no tienen ningún fundamento científico. Seamos críticos con los críticos.

¿Cuál es la que más te ha sorprendido?

¿Me he olvidado alguna o quieres que le pase la Gadget-o-lupa y desmonte alguna crítica negativa a la electoterapia que tú hayas visto? Deja un comentario y la analizamos.

 

¡Gadget-o-saludos!

 

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